jueves, junio 18, 2009

Gramática

En tiempo pasado, cuando los acentos no existían y las letras eran libres de estatuto, surgió un rey de avasallante señorío de nombre Gramatos. Su reinado se distingue a través de la historia por la exacerbación del tributo, al grado de cobrar impuestos por cosas que hacía la gente en sus casas: impuesto por adornos, libros y hasta reuniones. De modo que cuando la época de crisis amenazó contra su opulencia tuvo que pensar en cobrar más impuestos, pero no había una sola cosa que no generara tributo, por lo que se le ocurrió una idea siniestra: patentar las palabras. Entonces hablar y escribir se conviertieron en un lujo. La gente trató de hacer señas y ademanes pero al ver frustrado el intento por comunicarse, se les ocurrió inventar letras y tildes en las palabras para que éstas fueran exentas de cobro. Así, el rey, al no soportar la crisis, pereció en su lecho y poco a poco pasó al olvido. Ahora le rendimos homenaje al haber hecho de su nombre un sustantivo.